REFLEXIONES DE OTRO FRACASO DE BOLIVIA EN ELIMINATORIAS

POR: ERIK LLANOS

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Van  24 años y 6 eliminatorias en las que la selección boliviana de fútbol no puede clasificar a un mundial. Y  lo peor es que todo sigue igual. Los discursos de cambios y de inicios de procesos, después de cada fracaso,  quedan en el aire sin hacer los mínimos intentos porque las cosas mejoren. Y en principio los principales responsables son los dirigentes porque ellos eligen a   los cuerpos técnicos, que se convierten en los segundos responsables de los tropiezos  ya que son los encargados de seleccionar jugadores para representarnos en un torneo sudamericano cada vez más competitivo.

Las últimas eliminatorias son un simple reflejo de lo expuesto. Bolivia quedó penúltima con solo  14 puntos (serían 18 si sumamos los 4 puntos perdidos en mesa con Perú y Chile) de 54 posibles con 4 triunfos, 2 empates y 12 derrotas.

¿Qué se hizo mal?

Lo resumo a la mala elección de directores técnicos, quienes a su vez no tuvieron tino para escoger a los mejores jugadores del país cayendo en el error de llamar a sus “consentidos”. Para mi queda claro que si quieres éxitos tienes que hacer los esfuerzos para tener a los mejores.  Ni Julio César Baldivieso, ni Mauricio Soria,  que aparecieron  como los “revolucionarios y salvadores del fútbol boliviano”,  tienen los  méritos necesarios para llegar a dirigir la selección y sin embargo  lo hicieron. En ningún momento, que yo recuerdo, les  escuché hablar de fútbol. Su discurso siempre fue la excusa de que no se tienen condiciones para trabajar. Y si fuera  así ¿Por qué aceptaron,  si conocían la situación?  Con ellos la verde no jugó a nada y no logró adquirir ninguna identidad. En  algún artículo atribuí  los escasos buenos resultados al corazón de los jugadores por lucir la casaca nacional, aunque aquello no alcanza y en definitiva no alcanzó.

¿Qué se debe hacer?

Lo primordial es elegir un cuerpo técnico de jerarquía.   Por las malas experiencias con los profesionales bolivianos,  los candidatos deberán ser extranjeros.

Comenzar a delinear una base con jugadores jóvenes, talentosos y con experiencia, que por fortuna los tenemos y la mayoría se encuentran en Bolívar y The Strongest, los clubes con mayor rendimiento del fútbol boliviano en los últimos años.

No hay secretos para obtener buenos resultados. Se necesita capacidad y trabajo. Hay equipos del torneo local que están haciendo las cosas bien y eso debiera facilitar la labor de la selección. No esperemos hasta 2019 para iniciar la preparación  y tampoco caigamos en la demagogia de un proceso de  10, 15 o 20 años para volver a un mundial. Pongámonos como objetivo la clasificación a Catar 2022 y estoy convencido que podemos lograrlo.